miércoles, 13 de junio de 2018

Esther, Mardoqueo y el paralítico de puerta Hermosa



Semblante bíblico sobre los cristianos que se quedan a las puertas de las iglesias, o de los buscadores que se quedan a las puertas de lo que buscan... Del libro de Hechos y de Esther se conjugan dos historias para revelarnos algo muy importante sobre el trato entre herman@s ya sea de una congregación o en general.

Lectura: Hechos capítulo 3, donde se describe la sanación de un parapléjico.
"1Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3Éste, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios. 10Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido." Sigue el discurso de Pedro en el pórtico de Salomón: click aquí

El cojo representa al herman@ de la congregación que se queda a las puertas, pero no del recinto físico de la iglesia, sino a las puertas de la verdadera hermandad. 
Pasamos por delante de este impedido que implora limosna, se la damos, normalmente de lo que nos sobra y nos quedamos tan panchos, satisfechos de haber realizado una "buena obra" o haber salido del "compromiso".
Damos limosna dando a nuestro herman@ un "que Dios te bendiga" y ahí se acabó, no hay más contacto, comunión, amor, interesarse por su vida y sus problemas, entablar comunicación, etcétera... 
Normalmente somos así con la gente de "nuestro grupo", esas asociaciones naturales que se dan por simpatía o afinidad. 
Pero al paralítico que mendiga nuestra atención no lo integramos, lo dejamos fuera... a la puerta...

Otro tipo que merodea por la puerta de nuestros corazones en la iglesia se representa bien en la historia de Mardoqueo, especialmente en Esther 2:11 "Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Esther, y cómo la trataban."

Esther representa a la iglesia. Mardoqueo es la figura del cristiano, de aquellos que están a las puertas siempre y que escuchan y lo que escuchan lo toman para ellos y obedecen.
No se lo pasan a otro como por ejemplo hacia el paralítico que estaba a la puerta. Su prima Esther pudo conseguir algo inalcanzable para una judía: llegar a ser reina.
Gracias al merodeo vigilante y al tener oídos en las puertas pudo Mardoqueo (que es figura del cristiano que escucha y obedece) entrar; así estuvo más cerca del Rey y tener más información o profecías del Rey para el pueblo de Israel en este caso como hoy en día para el pueblo gentil que es la iglesia.
Juan 10:9
Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
 No obedecer a Jesucristo y a Su Palabra, a sus mandamientos y promesas, lo que nos habla. Si no escuchamos su voz... ¿cómo vamos a poder hacer Su Voluntad? 
Mardoqueo es figura o espíritu de los hombres y mujeres de Dios que están a las puertas, que escuchan y que no se quejan como el paralítico a la puerta, que además entregaba su vida a la voluntad de otros, a depender de los hombres y no de Dios.


Citas afines y reflexión final

Génesis 4:7 "Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él."

Génesis 18:1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día."
¿Por qué no nos dirigimos voluntariamente a la puerta a esperar con fe la bendición de Dios aunque se tarde, como le aconteció a Abraham a los... 99 años? Este es otro maravilloso simbolismo de la puerta, la fe es paciente pero segura.

Y este final: He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta entraré a él y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20

3 comentarios:

  1. Si estás a la puerta no te quedes en ella entra no te creas paralítico ni te creas impedido para cansar el propósito para cansar un propósito la persona no se tiene que ver impedido tiene que escuchar la voz de Dios y obedecerla creer tener fe en la voz de Dios y verás como tu propósito se cumplirá así fue Mardoqueo lo que no podemos ser nosotros es ser un hombre o una mujer de Dios a las puertas y encima vernos como paralítico o impedido para entrar créelo que Cristo quiere que tú entres porque él es como dice Juan 10 9 tienes la puerta

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  2. Entre y no se crea imposibilitado todo se puede en Cristo que nos fortalece

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